lunes, 29 de diciembre de 2014

Balance del año: MATERNIDAD

Se acaba el 2014 y a todos nos gusta hacer un pequeño balance de lo que nos ha pasado este año. Yo podría resumir lo que para mí ha sido el año en una sola palabra: MATERNIDAD.

El día 6 de Enero nació mi hija Sara y me convertí en MADRE, así con mayúsculas. Había oído muchas veces que tener hijos te cambiaba la vida, pero no entendía su verdadero significado hasta que los meses han ido pasando. En este año podría hablar de tres etapas.


Los dos primeros meses, en que la niña es muy pequeña e inmadura (físicamente hablando, quiero decir, lo bebés nacen inmaduros y necesitan tiempo hasta que su cuerpo empieza a funcionar perfectamente)  y tu estás perdida del todo. Pasas mucho miedo y las hormonas te juegan malas pasadas. En mi caso fue bastante llevadero, pero eso no quiere decir que no lo pasara mal algunas veces.  No pude establecer la lactancia exclusiva y me dolió bastante. A cambio mi niña durmió muy bien desde el primer momento.



A partir del segundo mes todo empieza a estabilizarse, al menos en tu cabeza.  En mi caso la niña ya empieza a dormir del tirón seis o siete horas (que no es lo normal) y yo empiezo a encontrarme mejor. Al fin puedo dejar atrás los vaqueros de embarazada, aunque mi cuerpo sigue sin ser el de antes. La niña empieza a sostener la cabeza, a sonreir, ya es más grande y fuerte...vas perdiendo el miedo. Nosostros pasamos la primavera en el campo, así que para mí la baja por maternidad se convirtió en unas largas vacaciones. Aunque seguía estando cansada, empecé a saborear la vida.



Y la tercera y última fue cuando me incorporé a trabajar en Septiembre. Aquí si que empieza la fiesta... y se acabaron las vacaciones. La vida pausada y tranquila fue sustituida, por estrés, prisas y mucho cansancio. Fue un comienzo de curso muy acidentado. Al principio estaba superada y estuve muy  bloqueada. Con el tiempo se ha ido todo colocando, pero el cansancio no ha desparecido y por las noches caigo totalmente rendida en la cama. Dice J., padre de la criatura, que trabajo mucho y duermo poco. 



Ahora Sara va a cumplir un año y ha dejado atrás el bebé que fue (sí, todo pasa demasiado rápido) y toca retomar la vida y volver a ser la que era...nuevos retos para el 2015










3 comentarios:

  1. Me gusta cuando las madres hablan así, sin tapujos, porque muchas enmascaran la verdad. Mis hijos dormían poquísimo. Siempre lo cuento, pero esas noches en vela oía llorar a mis vecinos de abajo. Una vez le pregunté a la madre si oía al mío, y me dijo que alguna vez, que gracias a que los suyos eran buenísimos y no lloraban nunca. Creo que podemos engañar a los demás pero nuestras experiencias son las que son y no podemos engañarnos a nosotros mismos. Un niño es complicado. Están las hormonas, que a mí también me jugaron malas pasadas al principio, la inexperiencia, muchas cosas. Y se pasa mal.

    Además, creo que es bueno no olvidar cómo se aprende poco a poco a cuidar de ellos, a entenderlos, y las cosas son más difíciles al principio, pero luego todo va rodado, o más o menos.

    Besos. Y feliz año nuevo.

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  2. Hola Norma, me encanta tu franqueza. En verdad que las cosas importantes en nuestras vidas no son siempre de color de rosa y que además las mujeres estamos toda nuestra vida a merced de nuestras hormonas. Todo son etapas y hay que vivirlas naturalmente e intensamente porque nunca volverán. Un beso y sigue informándonos de tus experiencia. Feliz 2015!

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  3. Norma! Cuánto tiempo sin leerte! Me encanta tu visión de la maternidad, tan realista, tan sincera y tan normal, así me veo capaz de ser madre (con las visiones más idealizadas me cuesta mucho empatizar y me parece imposible que yo pueda sentirme así).
    Que tengas un 2015 espectacular, que con tu niña de un año segurísimo que lo será. Un beso gordo.

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