Aunque no lo creais, en mi larga vida académica nunca he asistido a mi propia graduación. Ahora los niños se gradúan en Educación Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato. Estos actos son una copia de las graduaciones que salen en las películas americanas. Como tenemos por costumbre sacralizar todo lo que viene de Estados Unidos, así nos va.
El pasado martes fue el acto de graduación de los alumnos de 4º de ESO en nuestro instituto. Fue un acto sencillo y emotivo, donde profesores y alumnos leyeron sus discursos. Me sorprendió que todos los alumnos que leyeron dieron las gracias a sus padres y sus profesores por el apoyo prestado durante estos cuatro años. Estas palabras llegan al corazón y son de las pocas recompensas que tiene esta tarea tan apasionante que es educar.
Me encanta ver a mis alumnas tan guapas, con sus vestidos de colores y sus tacones y sobre todo sus sonrisas. Por eso el martes yo también quise estar a la altura. La amyor parte de mis vestidos no estaban en casa (es lo malo de tener varias casas) y después de varias pruebas opté por este conjunto.
Combiné esta falda de seda morada que compró mi hermana hace más de veinte años y que redescubrí en uno de los armarios de mi madre el año pasado. Después de pasar por el tinte quedó prefecta.
La combiné con una camiseta de Lefties que corté porque era demasiado larga. La flor y los zapatos ya los conoceis.
Uso y abuso de la coleta últimemente, dado que con el calor no aguanto el pelo suelto. Me probé la flor en el pelo pero quedaba muy hawiano. Tendré que ir en busca de flores más pequeñas del mismo colo para ponérmelas en el pelo.
A dos días de las vacaciones no puedo por menos de sonreir.